No REDD! No REDD Plus!
Campaña Global de firmantes en rechazo a los esquemas de Reducción de las Emisiones de la Deforestación y Degradación
Como
parte de la constante crítica de la sociedad civil global hacia las
soluciones inefectivas e injustas al cambio climático –incluyendo el
comercio de carbono y la geoingienería- representantes de movimientos
populares y organizaciones independientes se oponen a los esquemas para
la Reducción de las Emisiones de la Deforestación y Degradación (REDD),
los que están actualmente siendo formulados bajo la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático –y que ya están siendo
probados en esquemas tales como el fondo del Banco Mundial para reducir
las emisiones de carbono mediante la protección de los bosques,
denominado Forest Carbon Partnership Facility (FCPF, por sus siglas en
inglés) y el Programa REDD de las Naciones Unidas.
El ‘tratado
forestal’ propuesto en las negociaciones climáticas de la ONU pone en
peligro el futuro de los seres humanos al buscar aún más consolidar el
uso de combustibles fósiles –la mayor causa de la crisis climática-
mientras que al mismo tiempo fracasa en proteger el futuro de los
bosques así como los derechos de los Pueblos Indígenas y pueblos
dependientes de los bosques sobre sus territorios y conocimientos.
Además, hay una clara indiferencia por parte de los países del Norte en
lidiar con sus altos niveles de consumo como una causa de la
deforestación.
La proyección de crecimiento de los mercados de
carbono en los EEUU, Australia y otros lugares, está establecida para
avivar una gran nueva demanda para importar permisos para contaminar y
así permitirle a los países industrializados y las industrias continuar
con los negocios como siempre y evitar hacer reducciones domésticas de
emisiones. Noruega ya ha calculado, por ejemplo, que la conservación de
los bosques de la Amazonía podría ‘compensar’ diez veces sus emisiones
por año. Sin embargo, una sequía en el 2005 convirtió los bosques de la
Amazonía en una fuente de carbono, no un sumidero de carbono, y tales
eventos podrían ocurrir también en el futuro.
Los programas REDD o
“REDD-readiness” (preparación para REDD) en los países del Sur que
actualmente reciben fondos públicos no constituyen evidencia de que REDD
será ejercido independientemente de los mercados de carbono. Por el
contrario, tales programas son financiados a través del pago de
impuestos para así instaurar la infraestructura técnica, legal y
política para la expansión del mercado al carbono de los bosques, el
cual será a la larga demandado por los grandes contaminantes de los EEUU
y otros lugares.
Las nuevas licencias para contaminar que serán
generadas a través de REDD están diseñadas de manera que obstruyen la
única solución factible al cambio climático: dejar el petróleo, carbón y
gas bajo tierra. Así como los créditos de carbono producidos bajo el
Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto, los nuevos
créditos no tienen previsto resultar en ninguna ganancia neta para el
clima, pero meramente en ‘compensar’ el excesivo uso de combustibles
fósiles en otros lugares. En la realidad, éstos inclusive fracasan en
alcanzar este resultado nulo. Como los créditos de los MDL, éstos
también exacerban el cambio climático al entregar incentivos a los
países industrializados y corporaciones para atrasar el necesario cambio
estructural fuera de la dependencia de combustibles fósiles de los
sistemas de producción, consumo y transporte que el problema del clima
demanda. Han desperdiciado años del tiempo que el mundo ya no tiene para
solucionar este problema.
Peor aún, el carbono biótico –carbono
almacenado en los bosques- nunca podrá ser climáticamente equivalente a
dejar el carbono fosilizado bajo tierra. Esto es porque el dióxido de
carbono emitido de la quema de combustibles fósiles añade a la carga
general de carbono que circula perpetuamente en la atmósfera,
vegetación, suelos y océanos. Sin embargo, el dióxido de carbono
almacenado en los bosques no es un sumidero permanente para el carbono
como lo es el carbono fosilizado. Esta inequivalencia, entre muchas
otras complejidades, hace que la contabilidad del carbono en REDD sea
imposible, permitiendo que los comerciantes de carbono inflen el valor
de los créditos de carbono de REDD con impunidad e incrementen aún más
el uso de combustibles fósiles. En el 2009, inclusive la Interpol
advirtió sobre la vulnerabilidad de REDD hacia fraudes internacionales y
corrupción.
El enfoque de REDD en la producción masiva de licencias para contaminar para las industrias en los países ricos,
inevitablemente supondría el rechazo de las necesidades y derechos de
gente ordinaria a través del mundo. En el Sur, REDD transformaría el
carbono de los árboles vivos en propiedad privada para así poder ser
concedidos o transferidos a las corporaciones privadas del Norte. A
pesar de los esfuerzos por crear resguardos para prevenir la violación
de los derechos humanos de Pueblos Indígenas y comunidades dependientes
de los bosques, no hay ninguna garantía de su efectividad. En el peor de
los casos, REDD podría promover una gran apropiación de tierras que
dejaría a los Pueblos Indígenas y comunidades dependientes de los
bosques sin nada. En el Norte mientras tanto, los créditos de REDD
permitirían a las corporaciones relacionadas a los combustibles fósiles a
mantener sus negocios como siempre, dañando a las comunidades afectadas
por la extracción y contaminación de los combustibles fósiles.
En
este contexto, la idea de que REDD podría ayudar a asegurar los
territorios o consolidar los derechos del sustento de las personas
dependientes de los bosques es absurda. En los mercados voluntarios de
carbono, los proyectos de carbono forestal y de tipo REDD ya han
resultado en la confiscación de tierras, evicciones violentas,
desplazamientos forzados, violaciones a los derechos de los Pueblos
Indígenas, militarización, pérdida del acceso a tierras y sustento,
pérdida de la diversidad biológica, fraude, coerción y la corrupción de
lo sagrado. La inclusión de los bosques y plantaciones de árboles al
servicio del mercado de carbono sólo podría multiplicar estos abusos.
Además,
las negociaciones de políticas climáticas a nivel internacional y
nacional están considerando la inclusión de suelos y prácticas agrícolas
en REDD y otros esquemas del mercado de carbono. Así como los
Pueblos Indígenas y las comunidades dependientes de los bosques están
amenazados por el REDD basado en bosques, los agricultores, los pastores
y la soberanía alimentaria de los pueblos será seriamente amenazada si
esto llegara a pasar. En efecto, esto extendería la mercantilización de
las tierras como compensaciones para contaminantes enriquecidos sobre la
mayoría de la superficie de la tierra.
Asimismo, debido a que
cada proyecto REDD podría afectar no sólo a las comunidades forestales
pero también a los pueblos que sufren con las operaciones de compañías
comprando créditos de compensación de REDD y en efecto, a aquellos
impactados por el daño climático incurrido con el mismo proyecto, el
consenso de un vasto número de gente sería necesario de obtener para
cada proyecto – algo que los practicionarios de REDD no tienen intención
de intentar.
REDD también pondría en peligro la conservación
misma de los bosques al darle poca importancia a muchas de las
características de los bosques esenciales para su supervivencia –las
complejas y diversas formas en las que los Pueblos Indígenas y
comunidades dependientes de los bosques constituyen hogares, fuentes de
sustento, reservas de biodiversidad y medicinas, regulación de cuencas, y
centros de cultura y espiritualidad- mientras que fracasa en lidiar con
las reales causas de la deforestación. Las iniciativas de REDD están
fijadas para incluir plantaciones industriales e incuso la plantación de
árboles genéticamente modificados. En efecto, REDD podría convertirse,
acorde con las palabras del New York Times, en ‘una vaca lechera de
dinero para los destructores de los bosques’
Los bosques han sido
y sólo pueden ser protegidos a través de una gobernabilidad forestal
local, derechos e instituciones fuertes para los pueblos dependientes de
los bosques, especialmente los Pueblos Indígenas, inversiones iniciadas
localmente, una reducción drástica en el comercio internacional de
productos de madera, enfrentar el excesivo consumo en el Norte y así
sucesivamente. Arreglar una crisis climática causada principalmente por
el largo uso histórico de combustibles fósiles en el Norte no debe ser
una carga para los irrepresentados Pueblos Indígenas y comunidades
dependientes de bosques en el Sur. Existe en efecto una deuda climática
que el Norte le debe al Sur e imaginar que ésta podría ser pagada con
inversiones en proyectos REDD que generen créditos de carbono para los
países industrializados sería la mayor de las ironías.
Más información y adhesiones: http://www.durbanclimatejustice.org/press-releases/declaracion-de-durban-sobre-el-redd.html
Descargar Declaración: http://www.durbanclimatejustice.org/wp-content/uploads/2010/04/durbanREDDstatement_es.pdf
Otros artículos relacionados:
REDD y Permisos para Contaminar
DECLARACIÓN DE RECOMA: ALTO A LAS FALSAS SOLUCIONES CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario