El rapto de integrantes de la OFRANEH el pasado jueves 17 de julio, no fue más que una notificación de desalojo girada en contra de los Garinagu de Vallecito, por la elite que controla la costa norte de Honduras, en especial el corredor comprendido entre la bahía de Trujillo y la Moskitia.
Hasta el año de 1993, nuestro pueblo ejerció la propiedad comunitaria en la franja desde la desembocadura del río Aguan hasta la Laguna de Bacalar. En ese año, Miguel Facusse se apoderó en forma dolosa de la estratégica Punta Farallones. Casi simultáneamente una invasión de supuestos campesinos inducida por el General Castro Cabus se apoderó de río Miel, parte del hábitat funcional de la comunidad de Punta Piedra.
La expansión de la frontera de los agrocombustibles abarcó la franja costera, apareciendo en ese entonces las comunidades mestizas de Icoteas y Plan de Flores, las que se fueron poblando con trabajadores de las plantaciones de la palma, en su mayoría provenientes del interior del país.